Reseña de La vegetariana de Han Kang

por The Reader

“Before my wife turned vegetarian I’d always thought of her as completely unremarkable in any way”.

Así es como comeinza el libro, directo a lo que será el tema principal del libro. La violencia, en muchas formas y figuras, es la forma de interacción de la mayoría de los personajes a lo largo del libro. Lo que era una vida “normal” se convierte en un caos cuando la esposa “normal” se vuelve vegetariana, y de este simple acto surgen todo tipo de situaciones familiares caóticas y muy perturbadoras. Se vuelve vegetariana porque comienza a tener sueños muy sangrientos y violentos, pero nosotros como lectores nunca tenemos claro el por qué o de dónde vienen esos sueños; son narrados sucintamente por su propia voz interna en unos pocos párrafos a lo largo del libro.

El personaje principal, Yeon-hye (la esposa que se volvió vegetariana), es sólo el personaje principal porque sus acciones (y mucho más importante, sus inacciones) son la fuente de todos los acontecimientos de la trama; rara vez habla y la historia está narrada desde la perspectiva de tres personajes separados: primero el marido, luego el cuñado y finalmente la hermana.

El hecho de convertirse en vegetariana en su entorno es muy perjudicial para la familia y sus normas sociales, pero queda claro que el problema principal no es simplemente no comer carne. Nunca le explica a nadie el motivo del cambio (solo dice vagamente “tuve un sueño”, que nadie a su alrededor se molesta en escuchar), y su dieta vegetariana no es equilibrada en ningún sentido. Comienza a perder peso sin ningún control y se distancia cada vez más de su entorno: de su marido, familia y la sociedad en general, sin mostrar ningún interés por nada de lo que sucede fuera de su mundo interior.

Para Yeon-hye, dejar de comer carne es solo el primer paso para alejarse de cualquier forma de violencia, un gran contraste en comparación con los personajes que la rodean. Este no parece ser un camino racional, sino uno que aparece de manera natural, pero natural en la forma en que las manifestaciones de la naturaleza parecen naturales, como una fuerza inevitable que no se puede detener de ninguna manera. Al distanciarse de la violencia, también se desvincula no solo de otros seres humanos sino también del propio reino animal, un reino donde no hay supervivencia sin brutalidad.

Este libro trata, en definitiva, de violencia y subyugación, pero también de liberación. La narrativa es fluida y cautivadora, pero es un libro duro y difícil de leer. Puede gustarte o no. Puede que encuentres en él mucho simbolismo y significado, o tal vez solo una narrativa extraña y cruel, pero en cualquier caso es poco probable que te deje indiferente. Definitivamente vale la pena leerlo.