Invocación del alma de un disidente político

Por C.J. Anderson-Wu

No sabemos dónde terminaste. ¿Estás en el río donde se ahogaron los “insurgentes”, en las fosas comunes donde se fusiló a los “traidores nacionales” o en el océano donde se arrojó a los “obstruccionistas de la armonía social”?

Siguiendo las instrucciones del sacerdote taoísta, preparamos una camisa verde oscura, un paraguas negro y un hilo rojo, y realizamos la ceremonia en el lugar donde te vieron por última vez. Sosteniendo una bandera amarilla en su mano derecha y una campanilla en la izquierda, el sacerdote canta:

Un sueño fugaz de vida, por desgracia, es breve y transitorio.

Hay vida y muerte, ambas destinadas;

¿A dónde ha vagado tu alma?

Limpia tu mente para mirar en dirección a tu ciudad natal.

Hacia la nihilidad, extendemos nuestros brazos para llevarte de regreso.

Sigue el estandarte y regresa al salón ancestral de tu familia.

No te demores en tus deseos incumplidos.

A lo largo del camino hacia el otro mundo, recibirás ayuda para recolectar formas mortales e inmortales a la deriva. Una vez que respondas a nuestra llamada, te llevaremos bajo el paraguas y te llevaremos a casa. Después de quemar tu camisa con el papel moneda que necesitarías en el otro mundo, te dejaremos en paz.

A lo largo del camino hacia el otro mundo, recibirás ayuda para recolectar formas mortales e inmortales a la deriva.

No sigas cargando con la carga que tuviste en esta vida.

Sigue el estandarte y regresa al salón ancestral de tu familia.

Hacia la nihilidad, extendemos nuestros brazos para llevarte de regreso.

Purifica tu corazón para mirar en dirección a tu ciudad natal.

¿A dónde ha vagado tu alma?

No existe el éxito ni el fracaso, ambos son impermanentes.

Un sueño fugaz de vida, por desgracia, es breve y transitorio.

Que el humo se lleve los recuerdos aterradores de las brutales redadas policiales, los registros injustificados a altas horas de la noche, las acusaciones falsas y los arrestos ilegales. Que la historia los repare y juzgue al régimen que los mató. Que sus creencias en la libertad y la igualdad persigan a nuestros opresores y a sus asesinos como fantasmas, y nunca desaparezcan.